Nota de Prensa

El pasado martes 24 de diciembre, el Papa Francisco realizó la apertura de la Puerta Santa luego de la misa de la noche buena y marcó el inició de Jubileo 2025. A este evento asistió el Embajador del Perú ante la Santa Sede, Luis Chuquihuara Chil, acompañado de su familia. También participaron las más altas autoridades de la curia romana, los Jefes de Misión de las Embajadas acreditadas ante la Santa Sede, autoridades del gobierno italiano, 6 mil fieles al interior de la Basílica y aproximadamente 20 mil fíeles en el exterior.

Durante la homilia, el Papa Francisco recordó que el nacimiento de Jesús fue una señal de esperanza que Dios envió al mundo. Tal como tituló a su último libro: La esperanza nunca defrauda. Esta es la señal para recuperar la esperanza perdida: renovarla dentro de nosotros y fortalecer la fe católica en el mundo.

Asimismo, su Santidad señaló que con la apertura de la Puerta Santa la noche buena del 2024, en la Basílica de San Pedro, damos inicio a un nuevo Jubileo. Su Santidad subrayó que este Jubileo ordinario, que se extenderá a lo largo del 2025, será un Año Santo caracterizado por la esperanza que nunca se extingue. Esta esperanza no solo está dirigida a la vida personal de cada creyente, sino que se extiende a la sociedad en su conjunto, a las relaciones interpersonales y a la promoción de la dignidad de cada persona.

Esta esperanza nos pide que nos hagamos peregrinos en busca de la verdad, soñadores incansables, mujeres y hombres que se dejan inquietar por el sueño de Dios; que es el sueño de un mundo nuevo, donde reinan la paz y la justicia.

Posteriormente, según la disposición del Papa Francisco, se abrieron las Puertas Santas de la Basílica de San Juan de Letrán, el 29 de diciembre; Santa María la Mayor, el 1 de enero de 2025; y San Pablo Extramuros, el 5 de enero.

Finalmente, por deseo expreso del Santo Padre, el día 26 de diciembre el Papa Francisco realizó una visita a la cárcel, donde abrió la Puerta Santa en la prisión de Rebibbia en la ciudad de Roma, para ofrecer a los presos un signo concreto de cercanía y de esperanza.

Roma, 24 de enero de 2025.